domingo, 11 de agosto de 2013

Los 10 momentos más apasionantes del fútbol argentino en el siglo XXI.

Más allá de sus defectos, la pasión que genera el fútbol argentino es enorme. Y en los últimos años esa pasión se agigantó, se globalizó. Se hizo popular, mundial. Es cierto que muchos ojos se fijan en nuestro fútbol para llevarse a los mejores futbolistas, pero también es cierto que muchos ojos se posan en nuestro torneo por lo sorpresivo y combativo que es. Quizás nosotros no lo notamos, pero en nuestro fútbol encontramos particularidades deportivas que se mezclan con el condimento pasional del hincha y eso sacude emociones inexplicables.
El comienzo del siglo XXI se inició en la Argentina con una crisis económica muy profunda que hizo estallar a la población. El fútbol pareció estar aislado de esa realidad, más allá de los conflictos que hubo con la organización de aquel famoso campeonato de 2001. Fue a mediados de la década inicial que las fuerzas de los clubes se fueron equiparando cada vez más y más. En nuestro torneo hay algo muy valioso que se llama competitividad. En Europa no se suele ver. En Argentina no luchan por el título los mismos 2, 3 o 4 equipos todos los años, sino que la irregularidad entre torneo y torneo va generando una igualdad que le ha permitido alcanzar la gloria a clubes muy pequeños y sufrir el infierno a los clubes más grandes de la historia del país. Eso es el fútbol argentino.
Te invito a repasar 10 momentos que definen esta realidad del fútbol argentino. Es difícil hacer un ránking valorativo, porque cada uno de los momentos tiene sus particularidades propias. Quienes son hinchas de los clubes involucrados sentirán alguna injusticia, pero a la hora de analizar factores en juego, realidades y situaciones deportivas, el ránking me quedó de la siguiente manera:


















10. El descenso de Independiente (2013).

Independiente comenzó la temporada 2012/13 sabiendo que iba a sufrir hasta el final. Si en algún momento el hincha genuino pensaba que a los grandes los salvaban, el caso de River los preocupó. Tras un Torneo Inicial demasiado flojo (terminó 18º), Independiente arrancó el 2013 con la obligación de sumar muchas unidades. Para hacerlo, el Rojo del Tolo Gallego, el último técnico campeón del club, repatrió a Daniel Montenegro, el Rolfi, quien lideró al equipo durante todo el campeonato.
A pesar del triunfo sobre Racing (2-0 en la 3ra fecha), Independiente no consiguió regularidad, se vio sucumbido en una crisis futbolística y tras un duro empate 1-1 con un Unión casi descendido, se quedó sin técnico. Allí asumió la conducción Miguel Ángel Brindisi, pero ya era demasiado tarde. Los resultados mejoraron un poco pero el promedio ya no alcanzó y el final se veía venir. El 15 de junio de 2013, Independiente salió al Libertadores de América rodeado de un público que le fue leal hasta el final y lo recibió como si estuviera por definir un título. El Rojo dependía no sólo de su resultado, sino también de los de San Martín de San Juan y Argentinos. No sólo que Independiente perdió con su rival, San Lorenzo, por 1-0, sino que San Martín y Argentinos se llevaron un triunfo. Sus hinchas lloraron el descenso pero con la tranquilidad de haber visto a su club caer de pie. Ubico este momento en el puesto 10 porque más allá de lo apasionante que resultó para el hincha esta situación, Independiente vio venir el descenso de manera muy anunciada y paulatina, además de no ser el primer descenso de un grande en la Argentina. El tiempo dirá si volverá pronto de su experiencia en el Nacional B.

 
9. Vélez 1 - Huracán 0 (2009). 

No es común que los dos equipos que pelean por el título se enfrenten en la última fecha del campeonato. En el Clausura 2009 sucedió eso. De un lado, el Vélez de Ricardo Gareca. Era el primer torneo del Tigre al frente del club y su equipo comenzó a ser protagonista desde el arranque. Del otro lado, el Huracán de Ángel Cappa, con un fútbol muy vistoso, lírico, revolucionario. En la previa se plantó esa dicotomía clásica entre lo bueno y lo malo, haciendo referencia a que Huracán era lo bueno y todo lo demás, lo malo. Bajo esa óptica llegó la última fecha del torneo, con Huracán siendo el único líder con 38 unidades, siendo escoltado por Vélez con 37 puntos. Más atrás venía Lanús, con 35 puntos, buscando algún milagro. Para Huracán la oportunidad era histórica, debido a que el único título del club data de 1973. Para Vélez no dejaba de ser importante el torneo, pero su último festejo había sido en 2005 y el recuerdo estaba más fresco.
El partido se jugó el 5 de julio de 2009 en el José Amalfitani. La primer polémica llegó cuando el juez de línea le anuló un gol a Eduardo Domínguez, de Huracán, supuestamente en offside. La repetición muestra que no lo estaba. Más tarde, Gabriel Brazenas pitó un penal a favor de Vélez, que Gastón Monzón se lo atajó a Hernán Rodrigo López. El partido continuó 0-0 durante varios minutos. Vélez debía ganar sí o sí si quería campeonar, porque el empate consagraba a Huracán. Llegando a los 83 minutos, la pelota ingresó al área de Huracán y allí fueron a buscarla tanto Joaquín Larrivey, de Vélez y con pasado en Huracán, como Gastón Monzón, el arquero del Globo. El resultado fue un choque que dejó a ambos jugadores doloridos, con el atenuante de que el arquero no podía cubrir su valla. ¿Qué sucedió? El rebote le quedó a Maximiliano Moralez, mediocampista de Vélez, que aprovechó el arco vacío y metió el tanto que consagró al Fortín y desató la polémica. Todo Huracán reclamó falta previa al gol, pero nadie cobró nada y el gol siguió valiendo de todos modos. El final fue caliente, muy caliente, con un Moralez expulsado y un Cappa enfurecido. El árbitro, Gabriel Brazenas, no sólo que no dirigió nunca más un partido, sino que también recibió amenazas de muerte.  

 
8. Boca 3 - River 0 (Copa Libertadores, 2000).

Primero quería decir que el hecho que el partido sea por una copa internacional no significa que no sea válido incluirlo en este ránking, debido a que involucra a dos equipos argentinos (y nada más y nada menos que los dos más populares del país). Por eso decidí meter este momento inolvidable para los hinchas de Boca y no tan agradable para los hinchas de River.
Corría el año 2000. El nuevo milenio recién había comenzado. River venía de salir campeón del Apertura 1999 y contaba con estrellas como Aimar, Saviola y Angel. Boca estaba participando por primera vez de la Copa Libertadores con Carlos Bianchi, el técnico que había puesto al club en los primeros planos del torneo local después de una crisis profunda. En el verano, el Boca de Bianchi había vencido al River de Ramón Díaz y eso, sumado a problemas con la dirigencia, alejó al riojano de la conducción técnica. En su reemplazo, llegó el Tolo Gallego. En el campeonato local, River era líder y Boca se encontraba un poco más alejado. En el plano internacional, ambos se tuvieron que enfrentar por los cuartos de final de la Copa Libertadores, ida y vuelta. Lo curioso fue que primero se vieron las caras por el Clausura, empatando 1-1 en la Bombonera. Luego, el partido de ida, en el Monumental. Ese día River venció 2-1. Para el partido de vuelta, Boca debía ganar por lo menos por dos goles (en esa época los goles de visitante no valían doble). En la semana se comenzó a hablar de la posibilidad de que Martín Palermo, el hoy máximo goleador de la historia de Boca, vuelva de una lesión que lo tenía sin jugar desde noviembre de 1999 justo ante River, en el choque decisivo de la Copa Libertadores. Allí llegó la ocurrente frase de Gallego: "Si Bianchi pone a Palermo, yo lo voy a poner al Enzo", en referencia a Enzo Francescoli, quien había tenido su despedida el año anterior.
El 24 de mayo de 2000, Boca recibió a River en la Bombonera buscando la clasificación a las semifinales de la Copa Libertadores. El primer gol llegó de Marcelo Delgado, a los quince del segundo tiempo. Luego, faltando sólo cinco minutos para el final del partido, una falta en el área sobre Battaglia desembocó en un penal para Boca que Riquelme transformó en el 2-0. La clasificación estaba en el bolsillo. Sin embargo, la parte emotiva llegó cuando Palermo (que había ingresado un rato antes del gol de penal) convirtió el tercero y definitivo 3-0. No sólo el histórico delantero de Boca entró en llanto, sino que lo habrán hecho varios hinchas, en una noche única en la historia del fútbol argentino.

 7. Racing campeón (2001).

"Los bosteros, San Lorenzo y las gallinas nunca llenaron dos canchas el mismo día...". La letra de la canción describe lo que fue la locura vivida por los hinchas de Racing en aquel histórico 2001. Fue una película. Pura emoción, puro sentimiento, pura pasión. Me costó ubicar a este suceso fuera de los primeros puestos, porque el contexto fue inolvidable. El hincha de Racing venía pasando las más pálidas: quiebra en 1998, peligro de desaparición en 1999, último puesto en 2000, un promedio de 1,118 al comienzo de la temporada 2001/02... Todo era oscuridad, tristeza, crisis. Más allá de que Reinaldo Mostaza Merlo había salvado a la Academia del descenso a mediados de 2001, el panorama seguía siendo desolador. El club debía sumar muchas unidades para no sufrir por el promedio a finales de la temporada. Así arrancó el Apertura 2001. Con el correr de las fechas el equipo fue logrando resultados, incluso goleando al entonces campeón San Lorenzo por 4-1. La ilusión se encendió y apagarla hubiera sido una crueldad. El único que logró parar a Racing fue Boca, por 3-1 en la Bombonera. Pero el club ya lideraba el torneo con comodidad. El partido bisagra para Racing fue el 1-1 contra River, con aquel golazo de Gerardo Bedoya. Si River se llevaba los tres puntos, achicaba a dos la desventaja con el equipo de Merlo. Y quien sabe qué hubiera pasado.
20 de diciembre de 2001. Argentina se cae a pedazos. El presidente Fernando De La Rúa renunció. El clima social es angustiante. Saqueos, crisis económica, pobreza, desocupación, cacerolazos, represión policial. Llantos. El fútbol aquella vez se suspendió. Faltaba nada más que la última fecha. Racing debía recibir a Vélez. Un empate lo consagraba. Se amagó con suspender el fútbol hasta 2002, pero la Academia quería salir campeón. Fue así que el 27 de diciembre de 2001, con el país en llamas, este Racing de película empató con Vélez 1-1 y salió campeón tras 35 años sin alegrías, tras un descenso, una quiebra, un peligro de remate de la sede y desaparición, un último puesto y un promedio bajísimo... Sólo el club más sufrido de la Argentina podía consagrarse campeón con el país dado vuelta. Sólo Racing.

6. River 2 - San Lorenzo 2 (Copa Libertadores, 2008). 

Este momento marcó para siempre la historia de ambos clubes. Si la rivalidad entre River y San Lorenzo era fuerte antes de este histórico enfrentamiento, luego de aquella noche de Copa Libertadores se odiaron un poco más. Casi que ni vale la pena que lo recuerde, porque hasta quienes no lo vieron habrán oído del famoso 8 de mayo de 2008.
Nos ubicamos en los octavos de final de la Copa Libertadores. En el partido de ida, el San Lorenzo de Ramón Díaz venció al River de Simeone por 2-1. El triunfo es importante, pero el tanto de Falcao le da a River un poco de aire de cara al partido de vuelta. En el fin de semana, un desconocido River pierde con Boca 1-0 en la Bombonera. Mal resultado. Pero lo importante viene en días. Se acerca el partido de vuelta de la Copa Libertadores. Hacia allá vamos. Estadio Monumental. Recibimiento estruendoso. A los diez minutos River ya está 1-0, gol de Abelairas de tiro libre. El partido continúa, está caliente. Cerrando el primer tiempo, Diego Rivero se va expulsado. San Lorenzo con 10 hombres. Segundo tiempo. Llegamos a los quince minutos y Bottinelli le pega un codazo a un hombre de River en el área. Penal y roja para el defensor. Patea Abreu y 2-0. Ya está, dicen los hinchas de ambos clubes. Repasemos: River, a falta de media hora para el final del encuentro, estaba 2-0 arriba sobre San Lorenzo y con dos hombres más que su rival. Cuando la clasificación parecía que estaba en el bolsillo, llega el baldazo de agua fría. Gol de Bergessio a los 69 minutos, 1-2. Sorpresa. Sólo cinco minutos después, nuevo gol de Bergessio. 2-2. Es increíble cómo River dejó escapar un resultado de esa manera, con dos hombres de más. San Lorenzo estaba casi terminado. Quienes vieron este partido recordará el nerviosismo y la tensión que se vivió en los últimos quince minutos, con River necesitando convertir dos goles más para poder clasificar. Hasta Juan Pablo Carrizo sintió esa tensión, cometiendo un blooper que no terminó en gol porque las cosas tan mal no podían salir esa noche. El festejo de Ramón Díaz fue captado por las cámaras de televisión y eso generó una cierta polémica, siendo el técnico riojano uno de los máximos ídolos de River, club al que estaba eliminando. Lo importante fue que ese partido fue inolvidable. Lo inesperado de la remontada del Ciclón fue tema de conversación durante mucho tiempo, siendo un karma con el que convivió el River de Simeone hasta el final del semestre, consagrándose campeón en forma angustiante.

 5. Gimnasia (LP) 3 - Atlético Rafaela 0 (2009).

Cuando se decidió incorporar el sistema de Promoción en el descenso seguramente se hizo para incorporar dinámica y pasión a nuestro fútbol. Si fue así, no le pifiaron. Si tenemos que hablar acerca de la Promoción más apasionante en todos los sentidos, tenemos que hablar de Gimnasia versus Atlético Rafaela en el año 2009. Es cierto que son dos clubes sin demasiada trascendencia a nivel nacional, pero aquella vez dieron que hablar.
Culminada la temporada 2008/09, Gimnasia de La Plata quedó condenado a jugar contra Atlético Rafaela, proveniente del Nacional B, para no descender. Como fue siempre en este sistema, el primer partido se jugó en Rafaela. El segundo encuentro, en La Plata, debido a que siempre los clubes de Primera definieron como local. También es bueno recordar que en las promociones, el gol de visitante no valía doble porque en caso de igualdad, el club de Primera corría con ventaja deportiva. Esto (justo o injusto) achicaba un poco las posibilidades de descenso. El partido de ida se jugó en Rafaela y fue un contundente triunfo de Atlético por 3-0. Una ventaja así sin dudas que ilusiona. En La Plata se veían preocupados por la necesidad de marcar tres goles como mínimo para no descender. Encima, esta situación de Gimnasia era contemporáneo al Estudiantes campeón de la Copa Libertadores. Parecía una burla del destino.
El 12 de julio de 2009, Gimnasia recibió en su estadio a Atlético Rafaela. Desesperado, el Lobo intentó convertirle a los rafaelinos para descontar el marcador. Lo ideal en esas ocasiones siempre es marcar un gol rápido, pero Gimnasia no podía. No pudo en todo el primer tiempo. En el segundo tiempo se siguió intentando. Pasaban los minutos y la cosa no cambiaba. De repente, faltaban veinte minutos para que termine el partido. Gimnasia necesitaba marcar sí o sí tres goles o descendía al Nacional B. Fue ahí cuando apareció Diego Alonso y marcó el 1-0. Pero luego, nada. Incluso Gimnasia se quedaba con un hombre menos faltando cinco minutos (ya estaban 10 contra 10 y con esa expulsión Gimnasia quedaba con 9). El hombre de la jornada fue Franco Niell, un petiso que con alma y corazón estampó la pelota en la red en los minutos 89 y 90. Gimnasia terminó derrotando a su rival Atlético Rafaela por 3-0 y se quedó en Primera División. Todo el pueblo rafaelino quedó incrédulo. La definición de esa serie fue inolvidable por su importancia, porque se trataba de permanecer o no en una categoría. En escasos 2 minutos, Atlético Rafaela perdió todo lo valioso que había hecho en los anteriores minutos. Fue una pena para el club santafesino.

4. Estudiantes campeón (2006).

En la fecha 17 del Apertura 2006, Boca derrotó a Colón por 4-1 en la Bombonera y parecía que la historia lo consagraba como el nuevo tricampeón del fútbol argentino. Los números hablaban por sí solos; el Boca de Ricardo Lavolpe tenía 44 puntos a falta de dos fechas, contra los 40 del escolta Estudiantes. Aquel equipo de Simeone llevaba diez triunfos consecutivos, siendo el partido más recordado el 7-0 en el clásico contra Gimnasia. Boca estaba haciendo una campaña extraordinaria. En aquella fecha 17 se llegó incluso a plantear la duda acerca de si Boca podría superar los 47 puntos del San Lorenzo del 2001, récord en torneos cortos. Nadie podía pensar otra cosa. Pero confiar en las posibilidades matemáticas, esta vez, ayudó.
En la fecha 18, Boca viajó a Córdoba. El rival era Belgrano. En tanto, Estudiantes visitó a Argentinos Juniors. Boca rápidamente se puso en desventaja, pero Estudiantes también. El resultado seguía dándole el campeonato al conjunto xeneize. Fue faltando diez minutos para el final del partido que Pavone empató. Y minutos más tarde, Verón marcó el 2-1. Por las cosas de la vida, Choy González, un ex Gimnasia, señaló sobre la hora el 2-2 final que todavía le daba esperanzas al Pincha, aunque la desilusión por la victoria desperdiciada era evidente. Para la fecha 19, Boca tenía 44 puntos y Estudiantes 41. Boca recibía a Lanús a Bombonera llena y Estudiantes recibía a Arsenal, uno de los animadores de aquel campeonato. A la media hora, Boca se puso 1-0. El gol lo marcó Palermo, de penal. Eso le daba nuevamente el título al xeneize. Sin embargo, Lanús empató. Iniciado el segundo tiempo, sorpresivamente el equipo granate se puso 2-1. Los hinchas de Boca quedaron perplejos, pero a pesar del resultado, como Estudiantes no podía con Arsenal, se consagraba campeón el equipo de Lavolpe. Fue así hasta que a los 86 minutos, Alayes logró vulnerar la valla de Arsenal y así fue que Estudiantes llegó al famoso desempate en cancha de Vélez.
El 13 de diciembre de 2006 Boca y Estudiantes desempataron en la cancha de Vélez. Boca se puso 1-0 con un gol de Palermo, ex Estudiantes. Como en todos esos días, el equipo de Simeone arrancó desde atrás. No se rindió, y fue así que llegó Pavone para empatar el partido. El 2-1 de José Sosa de tiro libre terminó de sentenciar al débil Boca de Lavolpe. Apasionante como pocas, este momento fue inolvidable porque demostró cómo ante las peores circunstancias, se puede salir adelante. Estudiantes arrancó mal el torneo, se recuperó, parecía que no iba a poder pelearle el mano a mano a Boca pero, a pesar de que siempre arrancó desde atrás, logró revertir la situación. Un campeón invencible.

3. Las definiciones del Clausura 2012 y la B Nacional 2012.

Los futboleros pueden decir que el 23 y el 24 de junio de 2012 vivieron los días más apasionantes de sus vidas. Nunca en la historia del fútbol argentino se vivieron definiciones tan dramáticas. El 23 de junio, por un lado, se definieron los ascensos del Nacional B con River como protagonista. Ese sábado se jugaron seis partidos en simultáneo (River - Almirante Brown, Guillermo Brown - Quilmes, Desamparados - Rosario Central, Instituto - Ferro, Atlanta - Huracán y Chacarita - Patronato). No televisaron todos, debido a que el público no estaba tan interesado en ver los descensos de la categoría, sino ver si River se quedaba en la B o no. Finalmente, el triunfo 2-0 del equipo de Almeyda lo consagró como campeón del torneo, ascendiendo directamente. También ascendió Quilmes, debiendo Instituto y Rosario Central jugar la Promoción. Al otro día, el domingo, la Primera vivió también una jornada de locura al contar con la transmisión de 7 partidos en simultáneo (San Lorenzo - San Martín de San Juan, Unión - Estudiantes, All Boys - Boca, Arsenal - Belgrano, Banfield - Colón, Godoy Cruz - Atlético Rafaela y Tigre - Independiente). No sólo se definían el título entre Tigre (llegaba con 35 puntos), Arsenal (35) y Boca (33), sino que también se definía el descenso. El único que había descendido hasta entonces era Olimpo. San Lorenzo llegó a la última fecha en descenso directo y había varios clubes que no querían jugar las promociones. El final fue épico. Arsenal venció a Belgrano 1-0 y se consagró campeón por primera vez en su historia del campeonato de Primera División. Tigre se salvó del descenso, pero no pudo salir campeón. La mezcla de sensaciones fue rara, pero más raro hubiese sido que Tigre descendiera saliendo campeón (algo que era posible y que hubiera desatado una polémica mundial). San Lorenzo ganó 2-1 y se salvó del descenso directo con mucho sufrimiento, aunque debió jugar la Promoción (y la ganó). El que descendió terminó siendo Banfield, goleado 3-0 como local contra Colón, en la despedida del fútbol de Esteban el Bichi Fuertes. El restante en jugar la promoción fue San Martín de San Juan, que también logró quedarse en la categoría. Palabras más, palabras menos, es muy difícil que se vuelva a vivir un fin de semana tan apasionante. El futbolero lo disfrutó, pero como hubo tantos clubes involucrados, más de uno esos días lo vivió con mucha intensidad y adrenalina.

2. El descenso de River (2011).

No sabía si este momento merecía estar donde está o si merecía estar más arriba o más abajo. Según quien lo vea, pero el descenso de River fue uno de los momentos más trágicos, apasionantes, atrapantes y dramáticos de la historia del fútbol argentino. Se trató de un gigante en aprietos, de un león peleando por su vida. Así se vendió la situación en los medios de comunicación, y así se vivió. El clima de tensión se comenzó a vivir con el inicio de la temporada 2010/11. El River de Cappa necesitaba sumar muchas unidades para no sufrir con el promedio. El cuerpo técnico comandado por Cappa subestimó la situación, buscando jugar bien como el famoso Huracán de 2009 que mencionamos más arriba. Los resultados fueron escandalosos, por lo que Cappa se fue tras un 0-1 con All Boys en la fecha 13. Fue en la semana previa al choque con Boca. Juan José López, Jota Jota, se hizo cargo del primer equipo. Preparó a los jugadores para el Superclásico, donde ambos llegaban muy mal. Finalmente, el triunfo fue de River por 1-0, con el recordado gol de Jonathan Maidana, ex Boca. El Negro López sumó muchos puntos al final del Apertura y fue por eso que Passarella lo confirmó como director técnico del equipo. Debía salvar a River del descenso. Para el Clausura 2011, el club sólo trajo a Fabián Bordagaray, hombre que llegó libre de San Lorenzo. El equipo arrancó con algunas dudas, pero lograba resultados. Tras un sufrido triunfo contra Racing 1-0 en Avellaneda, River pensaba más en el título que en el descenso. El promedio crecía partido a partido y el tema se había dejado atrás. Sin embargo, en la fecha 13 All Boys volvió a vencer a River, esta vez en el Monumental y por 2-0. Debía sobreponerse para enfrentar a Boca una vez más, esta vez en la Bombonera. Ese día las cargadas no se hicieron esperar. River perdió 2-0 en un partido para el olvido: gol en contra de Carrizo, gol de Palermo en su último Superclásico, Almeyda expulsado evidenciando la impotencia de todo River... El club había salido de la zona de Promoción, pero se comenzó a hablar lentamente de su caída. Encima, una semana más tarde, San Lorenzo le empató 1-1 en el Monumental tras un blooper de Carrizo. Esos últimos partidos fueron trágicamente inolvidables para los hinchas: 0-0 en Bahía Blanca contra un Olimpo que dominó todo el partido; 1-1 con Colón con un gol del Bichi Fuertes, hincha confeso de River, que sólo podía pedir perdón; 1-1 con Estudiantes tras arrancar en ventaja... Para la última fecha, River necesitaba ganar, pero con un triunfo de Quilmes (con Caruso Lombardi como técnico) contra Olimpo lo salvaba de jugar la Promoción. No sólo que Olimpo ganó 1-0, sino que el arquero del club bahiense fue la figura indiscutible de aquel partido. En tanto, Lanús derrotó a River 2-1 y lo condenó. El promedio del club era de 1,237.
Esa semana quedará en la historia. Se habló del partido por todos lados, en todos los rincones del país. En Córdoba, Belgrano venció a River 2-0. Recordemos que Belgrano, que había llegado a estar último en la B Nacional de ese año, llegó como el 4º de la competencia. Ese día derrotó a River sin discusiones. Las imagenes de los hinchas encapuchados es casi tan inolvidable como la mano de Adalberto Román que desencadenó el penal que dio lugar al primer gol de Belgrano. El 26 de junio de 2011, en un Monumental repleto y con mucho colorido, River empezó ganando, con un gol de Mariano Pavone. Lo que sucedió lo conocemos de memoria: penal no cobrado contra Leandro Caruso, gol de Guillermo Farré, penal que Olave le ataja a Pavone... Y el final, que no fue a los noventa minutos porque el descenso de uno de los dos clubes más grandes de la Argentina no podía terminar. Fue histórico desde todos los sentidos, porque fue inesperado, fatal. Nadie creía que River podía descender (hasta el final se decía que Grondona lo iba a salvar al club, más allá del conflicto entre Passarella y el presidente de AFA). Fue apasionante y detuvo a todo el país. Por eso, por detener a todo el país, para mí este momento merece estar donde lo coloco, en el puesto número 2. 

1. El River - Boca de la Copa Libertadores 2004.

Para el número uno, lo más vibrante que se vivió en los últimos tiempos. Es cuestión de ponerse a pensar lo que estaba en juego; eran las semifinales de la Copa Libertadores de América. El que se llevaba el triunfo no sólo que vencía a su clásico rival, sino que accedía a la final continental. River y Boca, una vez más. Sin dudas fue lo más emocionante que se vio en los últimos años, y no sólo en Argentina, sino en Sudamérica. El River de Leonardo Astrada enfrentaba al Boca copero de Carlos Bianchi. Ambos equipos, sin dudas, eran fuertes. Un mundo diferente al que los enfrenta en la actualidad. Boca era el vigente campeón del mundo, tenía un plantel experimentado mezclado con jovenes con temperamento y un técnico realmente copero como Bianchi. River era el líder del torneo local, había salido subcampeón de la Copa Sudamericana y tenía a talentos como Cavenaghi, Lucho González, Gallardo y Mascherano, entre otros. Boca venía de eliminar a Sao Caetano por penales, mientras que River había vencido al Deportivo Cali en Colombia. En el torneo local, un mes atrás, River había derrotado a Boca 1-0 con un gol de Cavenaghi.
El primer partido fue en la Bombonera, sólo con público xeneize. A los 28 minutos, Rolando Schiavi marcó el 1-0 para Boca. Minutos más tarde, Gallardo y Cascini se irían expulsados. Ese día se produjo el famoso "arañazo" de Gallardo a Abbondanzieri. Esa noche el tumulto fue habitual en el partido. Al final del primer tiempo, Garcé también se iría expulsado. El partido se cerró con una mano de Coudet en el área no sancionada por el árbitro. La ventaja era para Boca.
El 17 de junio de 2004  se jugó el partido de vuelta. El Monumental, con sólo hinchas del millonario, fue espectador del River - Boca más espectacular de la historia. River necesitaba vencer por dos goles para clasificar sin ir a penales. El primer tiempo no encontró la llave del gol. Terminó 0-0. La final de la Copa Libertadores esperaba. Comenzado el segundo tiempo, Vargas se fue expulsado. Y sólo cinco minutos más tarde, Lucho González convirtió el 1-0 para River. El estadio explotó. Sin embargo, ese resultado conducía a los penales. Faltando cinco minutos para el final, se produjo el famoso incidente entre Barros Schelotto y Sambueza. Como resultado de aquel tumulto, Sambueza se fue expulsado. Rojas, defensor de River, se había lesionado, y el club había agotado los tres cambios. Inmediato a esa situación, Tévez convirtió el empate para Boca y lo festejó simulando un aleteo (por el apodo de "gallina" que tiene River). Debido a esa provocación, Baldassi lo expulsó. Parecía que terminaba ahí la historia, pero ya con el tiempo adicional andando y el partido casi finalizando, un tiro libre encontró a Nasuti y el defensor de River marcó el 2-1 que se gritó como nunca antes. Nuevamente, a los penales. Allí, se pararon los corazones. Una definición de tanta importancia no se vio nunca jamás en la historia del Superclásico. Cuando estaban 4-4 y a ambos les faltaba patear un penal, Maxi López se paró frente a la pelota. Tomó distancia, se perfiló, pateó y Abbondanzieri le atajó el remate. Sólo un insntate más tarde, ante un estadio que estaba sorprendido, Villarreal tomó la pelota y convirtió el penal más gritado en la historia de Boca. La imagen del momento lo dice todo: el estadio en silencio, los jugadores de Boca festejando, los de River caídos... El país entero habló de esa inolvidable definición. Nunca más se vio algo igual en el fútbol argentino. Apasionante desde el principio hasta el final. Quizás, algún día, veamos algo similar o superior a este momento. 

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