domingo, 12 de mayo de 2013

Lucirás la risa más ingenua sin dudar.

Ramón Díaz fue ingenioso; la broma de los chupetines fue practicamente el tema de la semana. Para los hinchas de River, fue realmente una broma. Para los hinchas de Boca, claro está, fue un acto de mal gusto. No interesa demasiado analizar la actitud del técnico riojano, porque esos asuntos no me competen. Sí quiero detenerme en un asunto: ¿Boca jugó con tantos pibes como expresaron los hinchas y hasta los mismos jugadores?
Lejos de quedarme con una imagen editada en paint que andaba dando vueltas, preferí elaborar mi propia conclusión. Acudí a lo más sagrado que tengo, a mi revista de Olé con la información de todos los planteles de Primera División. Eso, y las fichas de la página de la AFA, me sirvieron como para elaborar la síntesis. Después del partido se habló de que Boca jugó con muchos pibes, con suplentes. Se habló de que "ni con los pibes River le puede ganar a Boca".
Si hay algo que me viene molestando mucho en los superclásicos es la demagogia, eso de entender todo como le conviene a los hinchas. ¿Recuerdan cuando Riquelme salió en el entretiempo del súper del Apertura 2010? El tipo no podía ni caminar. Todavía ahora se habla de un "abandono", como si Riquelme, uno de los mejores futbolistas argentinos de los últimos quince años, tuviera miedo de jugar contra un River que en ese entonces venía de una racha de 7 partidos sin triunfos. Patético. Pasó algo parecido en este clásico. El partido estaba 1-1, con Boca atacando. Por ahí, la hinchada local encendió bengalas, armó barullo, aparecieron los hinchas disfrazados de fantasmas... Algunos empezaron a decir que eso se trataba de "querer suspender el partido para que River no gane". No sólo que Boca estaba jugando mejor, sino que todo el alboroto fue para gastar a River por su descenso, en la Bombonera, siendo que fue la primera vez que se enfrentaron en ese estadio tras el descenso millonario. Lo último que me molesta es que se hable de festejar empates. En este último partido, Boca no festejó el empate. Lo que pasó con la hinchada lo aclaré recién, no fue festejar el empate, sino que se trató de otra cosa. Y ya el torneo pasado lidié con gente que decía que Boca festejaba empates, cuando esos mismos hinchas se olvidan de un 3-3 en 1997 que River festeja todavía ahora. ¡Se hablan muchas patrañas! Es bueno desmentirlas en frío.

Volvamos al partido del pasado fin de semana. ¿Cómo salió a jugar Boca? Lo hizo con estos once: Orión (31 años), Marín (21), Caruzzo (28), Burdisso (25), Zárate (20), Ledesma (29), Bravo (19), Erviti (32), Sánchez Miño (23), Acosta (25) y Silva (32). Entre todos ellos suman 285 años, y eso da un promedio de edad de 25,909. ¿Y River? Salió a jugar con Barovero (29 años), Mercado (26), González Pírez (21), Álvarez Balanta (20), Vangioni (26 cumplidos ese mismo día), Sánchez (28), Ledesma (34), Ponzio (31), Lanzini (20), Iturbe (19) y Funes Mori (22). Entre todos suman 276 años, un promedio de edad de 25,090. Es decir, ambos salieron con un promedio de edad de 25 años, con diferencias mínimas en los decimales que establecen que River era más "joven".
Pero yo no me quedé sólo con eso. ¿Acaso no hay diferencias entre Zárate, de 20 años y pocos partidos en Primera, con Lanzini, de la misma edad y más experiencia? Entonces decidí sumar los partidos en Primera División de cada uno de los 22 protagonistas iniciales del superclásico. Acá entendí que es todo muy complejo... ¿Cuento la B Nacional? ¿No la cuento? ¿Cuento los años que estuvieron en el exterior? ¿Cuento partidos internacionales? La edad no significa realmente nada. Messi tiene sólo 26 años, pero nadie tiene una carrera más brillante que él. ¿Entonces de qué sirve la edad? No tiene un papel muy importante adentro de la cancha. Cuando Maradona pasó a Boca, en 1981, tenía sólo veinte años y más de 100 goles en Primera. ¿Se entiende a lo que voy? Es medio insólito plantear que la edad hace al futbolista. Por eso decidí averiguar los partidos en Primera de los jugadores, a pesar de que no es un análisis completo porque podría también apreciar los partidos internacionales, en el exterior, y demás cuestiones.
Boca salió a la cancha con Orión (205 partidos en Primera antes de River), Marín (5 partidos), Caruzzo (184), Burdisso (96), Zárate (4, debutó en este torneo), Ledesma (139), Bravo (5, debutó en este torneo), Erviti (240), Sánchez Miño (43), Acosta (69) y Silva (195). La suma da 1185 partidos entre todos, un promedio de 107,727 partidos en Primera por futbolista. Queda claro que Boca salió a la cancha con tres jugadores que no superaban los cinco partidos (Marín, Zárate y Bravo). Incluso dos de ellos debutaron en este mismo campeonato. Pero, ¿y River? Salió con Barovero (156 partidos en Primera antes de Boca), Mercado (187), González Pírez (25), Álvarez Balanta (4, debutó en este torneo), Vangioni (173), Sánchez (78), Ledesma (267), Ponzio (169), Lanzini (40), Iturbe (9, debutó en este torneo) y Funes Mori (70). La suma da 1178 partidos en Primera entre todos, un promedio de 107,090 partidos para cada uno. O sea, se repiten los promedios: 107,727 de Boca contra 107,090 de River. Y nuevamente sale River aventajando. ¿Se cuenta la B Nacional o no se cuenta? Eso es lo que me pregunté. Si le sumamos los 9 partidos en la B Nacional a González Pírez, los 34 a Sánchez, 3 a Ledesma, 19 a Ponzio y 21 a Funes Mori, nos encontramos con 1264 partidos y un promedio de 114,909 partidos en Primera para cada futbolista. La diferencia con Boca pasa a extenderse, aunque 7 partidos no sea demasiado. Pero vamos a quedarnos con el 107,090 anterior, porque contarle a los que estuvieron con River en la B esos partidos equivale a tener que sumarle a Barovero sus partidos en Atlético Rafaela, por ejemplo, y ahí entrás en un círculo vicioso donde también sentís que debés contar los partidos internacionales, los del exterior, etcétera. Por eso sólo me centré en Primera. Y la diferencia sigue siendo bastante ínfima.

Quienes vimos aquel editado en paint, notamos que no se habló para nada de los cambios. Se hicieron las seis sustituciones posibles. Los primeros fueron de River, cuando Iturbe y Ponzio salieron por Mora y Cirigliano, a los 11 minutos del segundo tiempo. Sólo tres minutos más tarde, Guillermo Fernández entró para reemplazar a Erviti. Y cuatro minutos después, Paredes entró por Acosta. Sólo rato más tarde, Boca agotó los cambios al ingresar Escalante por Ledesma. El último cambio fue de River, cuando Luna entró por Funes Mori. ¿Cambiaron los promedios con estos cambios? Seguro. Podría simplemente quedarme con los promedios finalizando el partido, pero quiero ir con detalle. Así que vamos a ir por detalle. Recordemos las edades: Boca salió a la cancha con un promedio de edad de 25,909, mientras que River lo hizo con un promedio de 25,090. Tras el entretiempo la situación no cambió, pero a los 11 minutos del segundo tiempo, Ramón Díaz apostó por sus dos primeros cambios: Iturbe (19 años) salió por Mora (26 años) y Ponzio (31) dejó la cancha por Cirigliano (21). El promedio de edad de River pasó de 25,090 a 24,818. Fueron tres minutos así, hasta que Boca hizo su primera sustitución. A los 14 minutos del segundo tiempo, Pol Fernández (22 años) reemplazó a Erviti (32 años). Boca pasó de 25,909 a 25, sin decimales. La diferencia seguía siendo a favor de River, que todavía andaba en 24,818. A los 18 minutos de la segunda mitad, Bianchi sacó a Acosta (25 años) e hizo entrar a Paredes (18 años). Ahí sí, Boca pasó a tener un promedio de edad de 24,363. Y sólo cuatro minutos más tarde, Ledesma (29 años) le cedió su lugar a Escalante (20 años); Boca pasó a tener un promedio de edad de 23,545. River estuvo con 24,818 hasta los 39 minutos del segundo tiempo, cuando Luna (31 años) entró por Funes Mori (22 años), y pasó a tener un promedio de edad de 25,636.
Resumiendo: River salió a la cancha con un promedio de edad más joven que Boca. Mantuvo esa diferencia durante 63 minutos. Los restantes 27 minutos fueron con un Boca de promedio más joven, manteniendo el empate en un ambiente con mucha presión como lo es la Bombonera. Quizás se subestima un poco ese aspecto... Es importante saberlo con precisión.
Pasamos al detalle de los partidos en Primera que analicé anteriormente. Recordemos como venía el asunto; River salió a la cancha con 107,090 partidos de promedio en Primera, y Boca lo hizo con 107,727. Hasta los 56 minutos del partido fue así, hasta que Iturbe (9 partidos) y Ponzio (169) salieron por Mora (25) y Cirigliano (31). El promedio de River bajó a 96. Luego de eso, vinieron los tres cambios de Bianchi. Primero, Fernández (21) por Erviti (240); Boca pasó a tener un promedio de 87,818. Minutos más tarde, salió Acosta (69 partidos) e ingresó Paredes (20). Boca bajó a 83,363. Y el último cambio fue Ledesma (139 partidos) por Escalante (3, debutó en este campeonato). El equipo de Bianchi terminó en la cancha con un once de 71 partidos en Primera de promedio. Y River se mantuvo con un promedio de 96 hasta que salió Funes Mori (70) e ingresó Luna (172), aumentando a 105,272. Resumiendo esta situación: River tuvo un promedio más bajo hasta el primer cambio de Boca, a los 14 minutos del segundo tiempo. Fueron 59 minutos para River y 31 para Boca, con una juventud bastante evidenciada.

Boca jugó el superclásico con tres chicos que debutaron en Primera con Bianchi en este campeonato (Zárate, Bravo, Escalante). River lo hizo con dos chicos que debutaron en Primera con Ramón (Álvarez Balanta, Iturbe).
En Boca jugaron su primer superclásico cinco futbolistas: Marín, Zárate, Bravo, Escalante y Pol Fernández. En River, jugaron su primer superclásico Álvarez Balanta, Vangioni, Iturbe y Luna.
¿Cuál es el balance? Quizás se habló demasiado y se demostró poco. Boca no fue un equipo repleto de pibes (Orión, Burdisso, Caruzzo, Ledesma, Erviti y Silva, seis de los once titulares, superan los 25 años). Sin embargo, en el segundo tiempo jugó media hora con un plantel bastante inexperto (Marín, Zárate, Bravo y Escalante jugaron aquel segundo tiempo sin superar los 5 partidos con la Primera de Boca). ¿Es excusa? No lo es. Boca paró ese equipo por una razón, y se debe hacer cargo. ¿River fue un equipo mucho más joven? No. De hecho, el promedio fue muy similar al de Boca. Lo que sí está claro es que el River de Ramón Díaz tenía un poco más de experiencia, por lo menos esa media hora final. En esa media hora final todos sabemos lo que pasó: nada. River no atacó, Boca lo hizo con muchas dudas. Creo que quedó más que claro este barullo. Lo importante es no quedarse con lo fácil, porque detrás de cada palabra, gesto, acción, foto compartida en facebook, siempre hay mentiras. Muchas mentiras.

3 comentarios:

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  2. Tal vez cuando leí lo que había dicho Ramón Díaz no me lo puse a analizar tanto como lo hiciste vos con el tema de las estadísticas y el promedio.
    ¡Gracias por aclarar todo! Más lo de las mentiras que se dicen cualquier cosa.

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  3. Me encanta como se desenvuelve Ramón en este Mundo lleno de mentiras como bien decís vos. Transformandose en un tipo inmune a críticas. Si te fijas el epicentro de las críticas es Funes Mori hoy en dia, pero... ¿Alguien critica a Ramón por poner a Funes Mori? Grande Ramón.

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