viernes, 4 de noviembre de 2016

Carlos Mayor y su Temperley















Arranco por una aclaración: este blog no es de táctica, ni pretende hacer un análisis exhaustivo del fútbol como juego. No fue creado con esos fines. Se me ocurrió escribir este artículo y por el momento es el único espacio donde puedo compartirlo.

Ahora sí. Hablemos de Carlos Mayor. Director técnico de Temperley, el Gasolero, uno de los equipos más modestos de la Primera División del fútbol argentino. Como futbolista fue partícipe de la final que Argentinos Juniors perdió por penales ante Juventus de Italia (con Michel Platini entre sus filas). Ese partido es uno de los más recordados en la historia del fútbol de estas tierras.
Mayor se inició como entrenador en las inferiores del Bicho. A principios de 2013 le surgió la posibilidad de ser el técnico de la primera de Almagro, conjunto que militaba en la tercera división. Mayor llevó a su equipo a luchar por el ascenso, con apenas una derrota en los diecinueve encuentros que lo comandó en su primer campeonato, pero no logró el objetivo. En 2014 dirigió 7 partidos a Atlanta, en la misma división, donde también estuvo cerca de subir de categoría. El segundo semestre lo encontró en Godoy Cruz, ya en Primera División. El mundo del fútbol empezó a conocer a este técnico extravagante. El equipo mendocino se caracterizó por golear y ser goleado con la misma intensidad. En catorce partidos del torneo local con Mayor al frente, recibió treinta goles. Para 2015, San Martín de San Juan se hizo con sus servicios. El Verdinegro jugó la Liguilla para clasificarse a la Copa Sudamericana, pero rápidamente se despidió al caer 5 a 1 con Gimnasia. Su última experiencia antes de Temperley fue en su querido Argentinos Juniors, donde no obtuvo victorias en cinco partidos (recibió 16 goles) y debió dar un paso al costado, con el promedio del descenso al acecho.
Carlos Mayor no es un técnico común y corriente. Su estilo es claramente ofensivo, atrevido, valiente, vertical. Para algunos será un suicida o un testarudo. En este sitio apoyamos a esta clase de profesionales, más generosos con el buen fútbol.

El pasado fin de semana, Temperley visitó la Bombonera. Boca Juniors jugó con varios titulares y quería llevarse los tres puntos antes de viajar hacia Córdoba por la Copa Argentina. El Xeneize goleó 4 a 0. Debo admitir que no miré los noventa minutos, pero escuché que el planteo incial del Celeste fue destacado y me tomé diez minutos para verlo con mis propios ojos.






















Ese fue el once inicial de Carlos Mayor. Un 4-4-2, como lo haría cualquier equipo pequeño en un reducto tan complicado como la cancha de Boca. Honestamente, el nivel de los futbolistas de Temperley no parece estar a la altura de la Primera División.






















14 segundos. Temperley no se achica. Presión inmediata al uruguayo Bentancur, uno de los creadores de juego del equipo de Guillermo Barros Schelotto. Pinta bien.






















¿4-4-2? En ataque, Temperley no se guarda nada. Si por momentos hasta parece pararse con un 3-3-1-3 a lo Marcelo Bielsa. En la imagen se observa claramente como el frente de ataque está cubierto en las tres zonas: izquierda, derecha y el centro.






















En  defensa, Temperley se para con el 4-4-2. La transición ataque-defensa es una tarea muy compleja para aquellos equipos que arriesgan por el desgaste físico que implica. El Cele está dispuesto a hacer ese trabajo en la cancha de Boca.






















Presión en el área contraria. Ocupación de espacios. Marcaje a los posibles receptores.






















Pero el fútbol suele ser cruel con aquellos que se arriesgan. Y a Temperley el planteo le duró ocho minutos. Boca abrió el marcador al aprovechar un desajuste en la última línea, que permitió que Tévez envíe un pase al espacio que recibió Centurión, para el posterior tanto de Gino Peruzzi.























El segundo gol de Boca viene dos minutos después, y en esta ocasión hay que decir que la transición ataque-defensa sí tuvo mucho que ver con la acción. Temperley pierde la pelota en una situación ofensiva donde, como se ve en la captura, llegó a parar hasta seis hombres cerca del área contraria.






















Y Boca con espacios te liquida. En el contragolpe, Tévez cede para Pavón quien marca el segundo tanto de los dueños de casa.

**

Y eso es todo.
No es un blog de fútbol. Si esperaban un análisis profundo de los noventa minutos quizás deban buscar en otro lado. Es, simplemente, el rescate de una idea valiente. Salió mal. Mayor no lleva ni diez partidos en el club. Da la sensación que no cuenta con un plantel adecuado para un estilo tan arriesgado, pero todavía falta mucho por delante.
Desde acá bancamos a Temperley.